Italia es un país que genera admiración en todo el mundo por su arte, su comida, su historia y su geografía. Sin embargo, este hermoso país es también conocido a nivel mundial por sus redes de mafia, la corrupción de su gobierno y personajes escandalosos cómo Silvio Berlusconi quienes han convertido la política italiana en todo un circo a través del cual uno no se explica cómo es que esta nación mediterránea siga contando con un protagonismo económico propio del Primer Mundo. ¿Cuál es el secreto del poderío italiano? La respuesta a este dilema es bastante sencilla: La empresa privada.
Así es, Italia es un país de compañías líderes a nivel mundial en prácticamente cualquier sector productivo. En particular, en aquellos sectores que para los italianos son intocables: la moda, la comida y el motor. De hecho, si se mira la lista compilada por la el sitio rankingthebrand.com sobre las 100 principales marcas comerciales de Italia, la reacción inmediata antes los nombres que ahí se ven no puede ser otra que de gran admiración. Si tienen dudas al respecto, les menciono las 10 primeras: Ferrari, Gucci, Prada, Giorgi Armani, Martini, Dolce & Gabana, Bulgari, Barilla, Chicco y United Colors of Benetton.
Sin embargo, esta lista es solo el abrebocas de una realidad económica mucho más amplia. Existen una infinidad de empresas de enorme calidad a lo largo del país que incluyen a compañías como Alplast, productora de las las tapas para los vasos Nutella, hasta colosos en nichos específicos como Bormioli Rocco, líder en la producción de envases cosméticos y farmacéuticos. Por esta razón, ante la duda del por qué Italia todavía sigue siendo fuerte a nivel global, basta con mirar a su industria privada para entender el material del cual está hecho el motor que impulsa a este bella nación.
