Las casas modulares son una forma de vivienda muy arraigada en países como EE.UU., algo que en España no sucede. Si bien es cierto, que la demanda de este tipo de viviendas en nuestro país crece cada año debido a los múltiples beneficios que aporta.
Entre los beneficios que más destacan los clientes de este tipo de casas frente a las de ‘ladrillo’, es la velocidad de construcción y entrega (se puede tener una residencia lista en siete-nueve semanas) y la posibilidad de ofrecer ‘paquetes completos’ (se ofrece la posibilidad de adquirir una residencia de principio a fin, incluyendo el interiorismo y los muebles).
La percepción que existe de que las casas modulares tienen menos calidad que las tradicionales es errónea: “Construir casas en una factoría hace que el proceso esté controlado por un montón de técnicos, que observamos los detalles y vemos la residencia todos y cada uno de los días”. “Además, todo está estudiado, no hay incertidumbres, se pueden dar costes cerrados; y en las factorías no llovizna ni hace viento, no hay imprevisibles
Las casas prefabricadas de hormigón se edifican con materiales de alta calidad y se identifican por su funcionalidad y por su sostenibilidad medioambiental. Se edifican partiendo bloques de hormigón y se fabrica cada parte por una parte hasta su ensamblado final, de ahí que entran en la categoría de residencias modulares. Las casas prefabricadas de hormigón son muy robustas y resistentes al paso del tiempo, apenas precisan mantenimiento y cuentan con un conveniente aislamiento térmico y acústico.
Hay múltiples géneros de casas prefabricadas de hormigón:
- Paneles semiprefabricados apartados y hormigón proyectado: Ofrecen las mejores peculiaridades técnicas bioclimáticas al mejor coste.
- Hormigón prefabricado: De técnica modular, se identifican por su seguridad estructural, eficiencia productiva y eficacia energética, geniales remates, diseño arquitectónico y funcionalidad.
- Hormigón celular: Se identifican por su gran pluralidad de tamaños, que va desde las piedras pequeñas a grandes placas de hormigón armado; aislamiento térmico de alto rendimiento; su capacidad de insonorización debido a la solidez del material y su resistencia al fuego y a las termitas, entre otras muchas peculiaridades.
Las casas prefabricadas de hormigón tienen una vida media de sesenta años, aparte de tener otras ventajas como su resistencia, su sencillez de adaptación a la zona, la utilidad de sus diseños, su genial relación calidad precio, suficiencia energética con la que se puede ahorrar hasta en un ochenta por ciento en calefacción y refrigeración, su seguridad a prueba de incendios y condiciones malas meteorológicas, y su respeto por el medio ambiente, en tanto que si se tiene presente un diseño bioclimático y una construcción sustentable podrían ser residencias más ecológicas que las usuales.
