Nómbrala: este es uno de los momentos más emblemáticos, debido a que debes darle el nombre a tu marca. Para ello, lo recomendable es que sea un nombre corto pero fácil de recordar, ten en cuenta como se escucha y cuál es su nomenclatura, así la gente no se podrá olvidar de él.
Cuenta tu historia. Este no es proceso complicado, solo debes emplear algunas líneas que cuenten como has llegado a colocar ese nombre y porque, no debe ser nada muy profundo, solo un pequeño artículo que hable del origen de tu nueva cara como compañía.
Lista de tributos: pare este paso, es menester que manejes una lista que tenga no menos de 5 atributos de tu marca pero que no exceda la cantidad de 7. Con esto será mucho más fácil realizar la descripción de la misma,
Mensaje: el mensaje que tu como empresa quieres brindar a todo tu público es muy importante, por lo que puedes valerte de todas las estrategias que tengas a la mano para elaborarlo, este debe ser claro y concreto.
Define el público meta: para definir este punto debes tener en cuenta las capacidades del producto que estas promocionando, a quien le beneficiaria el utilizarlo, además de las funciones del producto, es decir no le vas a vender un producto de limpieza a un público que esté interesado en electrodomésticos, o no vas a vender juguetes a hombre solteros, en el primer caso la población focal tendrían que ser la amas de casa, o las personas que necesitan estos productos.
Elige el logotipo: este es uno de los pasos más creativos y divertidos de todo el proceso, para ello puedes valerte de toda tu creatividad. La idea es realizar un logotipo, para lo que debes tomar en cuenta, el tipo de letra, los colores que vas a emplear y las imágenes. Cuando estés en este proceso, recuerda que esta va a ser tu cara, por lo que debe ser bastante llamativa.
Con estos simples pasos podrás aventurarte en lo que será tu nuevo proyecto, muchos éxitos futuro empresario.
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