Cuando nos mudamos, lo más cansado del proceso no es el día de la mudanza, aunque parezca que sí. Lo más agotador es desembalar todas las cajas, adecentar el nuevo hogar, limpiarlo y, poco a poco, empezar por fin a sentir que estamos en nuestra casa. Eso puede alargarse una o hasta dos semanas. De hecho y, con respecto al día de la mudanza, resulta que, si nos lo montamos bien, puede incluso ser lo menos agotador y lo más divertido de todo. Montárselo bien no implica solo estar nosotros al cien por cien, sino saber encontrar y contratar a la empresa de mudanzas adecuada y, da igual, que nuestro objetivo sea mudarnos a Leganés o a cualquier otro lugar.
Algunas personas, tal vez ingenuos que nunca han tenido que sobrevivir a una mudanza, pueden llegar a pensar que, con sus pocos bártulos, en realidad, no necesitan recurrir a una empresa de mudanzas. A lo mejor se trata de personas que se van de casa de sus padres, que tienen carnet de conducir y que piensan que pueden trasladar ellos mismos todas las cajas y todo el mobiliario, alquilando una furgoneta. Vamos a ser sinceros y justos: poder, pueden, no es algo imposible. Sin embargo, también podemos estar seguros que se van a arrepentir de haber querido hacerlo todo por ellos mismos.
En una mudanza, ya sea grande o pequeña, siempre es conveniente contar con la ayuda de operarios especializados que pongan a nuestra disposición, camiones, cajas y papel de embalar. Ni que decir tiene que, si nos vamos a otra ciudad, más aún. No podemos ocuparnos nosotros solos de una mudanza con guardamuebles a Madrid. ¡Imagínense el lío si nuestra furgoneta se queda sin gasolina en una parte muy incómoda de la carretera! Además, no creo que tengamos ganas de conducir durante horas el día de nuestra mudanza. Más bien querremos que acabe cuanto antes.
De modo que ya lo saben: ya contraten unas mudanzas a Toledo, a Madrid, a Barcelona, a Canarias o a cualquier otro lugar, soliciten a ayuda de una buena empresa de mudanzas. Es una decisión muy necesaria.
