El azúcar es el gran destacado en el desayuno de los niños españoles, demasiados productos elaborados a base de refinados y sustituciones de lácteos por batidos. Expertos en nutrición destacan que se debería dejar de comprar cereales como los Froot Loops , así como también la calidad pobre en nuestros desayunos que lejos de competir con los americanos y sus productos, nuestros hijos se quedan comiendo galletas, donuts, donetes, gofres, crepes rellenas de chocolate, bollos de leche y un sinfín de productos ya preparados que suman calorías, grasas y mucho azúcar a los desayunos.
No es de extrañar la ironía que se produce cuando es España la que abandera la dieta mediterránea y muchos de los españoles ya no saben de qué consta esta dieta. Muy a pesar de toda esta gente los nutricionistas defienden que no consta de tortilla de patata o paella aderezada con tinto de verano, sino de consumir productos de la huerta sin cocinarlos mucho, la ensalada es lo que debería venirnos a la mente cuando hablamos de dieta mediterránea.
¿Y qué se desayuna en la dieta mediterránea? Legumbre, fresca o cocida mucho más recomendable que bollería industrial donde las mezclas de azúcar y aceites son poco menos que saludables produciendo bombas calóricas en nuestros hijos. La alimentación infantil en España deja mucho que desear, afirmaba hoy un miembro del área de nutrición de la sociedad española de endocrinología y nutrición (SEEN), dejando al margen la excusa de la falta de tiempo de los padres para la preparación del desayuno a sus hijos que tampoco predican con el ejemplo “desayunando un café con porras a las 11 de la mañana” y “un pincho de tortilla a la 13” en el mejor de los casos.
La calidad del desayuno de los niños españoles es mejorable, nos confirman desde AEP Asociación Española de Pediatría, su coordinador nos incide también en la falta de tiempo por parte de los padres que acaban proporcionando en la mesa alimentos de consumo rápido como los cereales para el desayuno, con un lácteo y sin fruta.
El desayuno ideal para toda la familia consiste en un lácteo no azucarado, pan integral con aceite y un alimento rico en proteínas (tortilla francesa, atún, pavo, etc.) sin mucha grasa y por supuesto una pieza de fruta, así desde primera hora de la mañana ya ganamos tiempo al reloj para comernos las 3 piezas diarias que aconseja la OCU. Los expertos en materia también destacan la importancia del almuerzo y la merienda como puntos olvidados de nuestra cultura, que ayudan al estómago a no alcanzar cuotas altas de ingesta de alimentos en las horas punta: comida y cena.
La pieza de fruta la gran olvidada de la dieta, una sustitución que a veces se hace por zumo y volvemos a incidir en los azúcares que le añaden para gustar al consumidor. Conductas como ésta de las sustituciones en la bollería industrial en contrarresta con una tostada de toda la vida, hace que se deje de lado la dieta mediterránea y también se nota en los supermercados cuando un bollo cuesta menos que una fruta cortada. Comemos mal y nuestros hijos ya lo están acusando por culpa del bolsillo que no ayuda en esta tarea.
También ronda la excusa de que los niños se levantan más tarde que en el resto de Europa, se les pegan las sábanas para retrasar el ir al cole, por lo que el desayuno queda relegado. Unos buenos hábitos alimenticios ayudarán a estas generaciones a cuidar la salud por el principal medio del que se dispone, los alimentos.