Poesía que enaltece el continente Africano

Poesía que enaltece el continente Africano

Poesía que enaltece el continente Africano

Cultura

Érase una vez un continente virgen Donde los primeros hombres alborearon. Érase una vez una tierra libre Donde los ancestros humanos brotaron. África luego se llamó, Para gloria del planeta, Bañada por la mano del sol, Cuya luz la iluminó. Durante miles de lunas Los hombres y las criaturas, El cielo y las estrellas Esplendieron de ilusión, Ilusión por comenzar la vida, Ilusión por extender la creación. Y surgieron múltiples culturas, De ritmo y de color, Del color de las palabras, Del color de la tradición. Pueblos numerosos, Pueblos jubilosos, Por sus ricos cánticos, Por sus ritos sagrados, Plenos de esperanza, Profundos como la calma. Milenios de abundancia, Milenios de libertad, Los pueblos africanos Vibraban en la inmensidad. Recios y nobles guerreros, Sabias y laboriosas madres, Loa pueblos del África infinita Gozaban de la Tierra Madre. Y procreaban para honrar su suerte. Y dominaban para honrar a sus huestes. Las estirpes de piel oscura crecían Como hijos de los dioses; Las bestias les temían Como hijos menores. Y pasando tierras y mares, Les llegó la importante misión Desde el cielo encomendada: Poblar la Tierra y extender la civilización. Así nacieron las naciones Desde el hemisferio austral hasta el septentrión; Así nacieron diversas tribus, lenguas y razas; Así el planeta se convirtió en nuestra gran casa. De pieles distintas y de distinta comunicación. Y el proceso humano se inició: Grandes religiones, fuertes imperios y magnos caudillos, Construyendo desde modestas cabañas a magníficos castillos, Desde inmensos templos a moles de edificios. Pasaron los siglos, creciendo sin cesar Los seres humanos avanzaban en la historia Vivida con intensidad. Gracias al sacrificio de los negros, Gracias a su digna fortaleza, Gracias al coraje de aquellos célebres pueblos, De aquellas razas africanas, Que caminando millas y millas Alcanzaron Europa y Asía, Desafiando territorios desconocidos Y peligros con bravura y pertinacia. Como digno y honrado europeo, Canto esta humilde canción Que me brota espontánea Desde lo más hondo de mi corazón. Y la canto contento En sincero reconocimiento De compartir aquellos prehistóricos orígenes De compartir un tronco de negritud. Con sincero sentimiento. África libre, África salvaje y valerosa, África espiritual, Siempre crisol multicultural, Noble cuna de pura belleza, Raíz común de la humanidad. Con respeto y afecto para el pueblo senegalés, Ricardo Carreras Silva.

Jesus Antonio Fernandez OlmedoPoesía que enaltece el continente Africano
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