La obsesión por el peso ha provocado una proliferación de dietas y remedios adelgazantes cuya utilización indiscriminada puede provocar daños a la salud. Estamos rodeados de revistas, publicaciones, libros, artículos y blogs con dietas y trucos para adelgazar de forma rápida que con frecuencia confunden a la gente. «Se ha vendido hacer mucha burrada», señala Enrique Santos, quien alerta de lo negativo que es «hacer locuras para perder 10 kilos en dos meses como no comer, comer barro o alimentarse de alcachofas dos semanas para acabar ganando 12 por el efecto rebote». A su juicio, «lo que funciona es lo que tradicionalmente se ha visto que funciona, cuidarse y dejarse de tonterías: incrementar las proteínas, reducir los hidratos de carbono, dejar el azúcar, y volver a la Dieta Mediterránea» para añadir que «en cualquier caso, para hacer dieta lo mejor es acudir a un profesional y no ponerse en manos de un gurú de internet ni probar las dietas milagro que, además de no servir para nada porque lo que se pierde muy rápido se recupera igual de rápido, pueden dañar muy en serio la salud».
Desde la Fundación Española de la Nutrición se aconseja a la hora de plantear una dieta tener en cuenta que el adelgazamiento ha de ser la consecuencia de un menor consumo calórico en relación con el gasto pero que el menor aporte calórico debe ir acompañado de un incremento en la densidad de nutrientes para evitar carencias. También se alerta de que la disminución de calorías ha de hacerse hasta alcanzar el peso adecuado, pero luego hay que mantener una correcta alimentación durante toda la vida.
Lo importante, a juicio de los nutricionistas es comer de una forma variada y equilibrada, algo que es relativamente fácil con la Dieta Mediterránea de toda la vida tal como plantea la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, con un 10-15% de las calorías ingeridas a través de proteínas tanto de origen a animal como vegetal, un 30-35% de grasas evitando las grasas trans o parcialmente hidrogenadas, un 50-60% de las calorías ingeridas a través de hidratos de carbono y menos del 5 % en forma de azúcares añadidos. La fruta, las verduras y las hortalizas son fundamentales para mantener un peso adecuado, pero también se insiste en la necesidad de consumir productos elaborados con cereales integrales, legumbres, carne y pescado; evitar las grasas saturadas , la bollería industrial, el azúcar, el alcohol y los refrescos con gas, y optar por el aceite de oliva.
Informa: Nutricion24.com