Tareas como la vendimia, la recolección de frutas o la aceituna son tareas que tradicionalmente han sido realizadas por humanos. Sin embargo, la tecnología avanza a pasos agigantados y la agricultura no iba a ser menos. El pesado trabajo manual que supone el campo, ha sido sustituido por la automatización que proporcionan robots y drones.
Si nos fijamos en los datos de 2017, el sector primario facturó 3.186 millones de euros, siendo el mercado asiático el que más aportó para alcanzar esta cifra. Las nuevas formas de trabajar la tierra hacen que los robots trabajen sin descanso para aumentar la productividad, algo que en el pasado hubiese sido impensable.
Los agricultores cada día están más dispuestos a comprar un robot que les facilite su labor diaria, y por eso apuestan por drones y otras herramientas para conseguir el objetivo de obtener la cosecha en el menor tiempo posible. China es el país que más apuesta por la robótica para su sector primario. Actualmente gran parte de su producción ya se cultiva y recolecta mediante robots agrícolas, lo que permite aumentar la productividad en mayor medida que con las técnicas tradicionales.
Esta innovación está llegando poco a poco a España. Cada vez son más los agricultores españoles que apuestan por mecanizar las labores y en este proceso Todoelectronica lleva más de 30 años suministrando componentes electrónicos a todo el mundo y siempre con la mayor rapidez y eficacia.
Los retos de la robótica agrícola
Los robots están llamados a ser la solución para alimentar una sociedad global que cada vez vive más en entornos urbanos y deja a un lado el entorno rural. Para ello, se deben adaptar a trabajar en cualquier terreno, por lo que la sofisticación en el mecanismo se antoja fundamental para el correcto uso de la misma.
Eliminar los riesgos laborales es otra de las ventajas que ofrece el trabajo robotizado en agricultura. Los cortes y caídas durante las labores del campo se reducen prácticamente a la mínima expresión con los robots trabajando al máximo rendimiento.
