Parece que llegó la luz al final del túnel en el mercado de gran parte de los metales. La cotización del aluminio tiene su eco en la vuelta a la producción de multitud de industrias que utilizan este metal en todo el mundo. Por ello, su índice hace que los mercados puedan presenciarse desde un punto de vista más optimista que en un pasado reciente lleno de incógnitas, premisas dudosas y destinos nada halagüeños.
El incremento del valor de este metal en bolsa se aproxima al 10%. Un dato muy parecido al de otras materias primas como el cobre. Sin duda, metales reciclables y con múltiples usos y aplicaciones en nuestras sociedades que hablan a las claras de cómo funcionan fábricas, industrias como el automóvil o tecnológicas, construcciones y demás economías que tienen que ver con el uso de estos materiales.
Un 2021 más claro
Pese a que todavía la pesadilla del 2020 no ha terminado y que a medio plazo nadie puede presagiar la salud de este valor, poco son los análisis técnicos y fundamentales que establezcan malas predicciones sobre la cotización del aluminio durante los próximos meses. De este modo, su precio por tonelada vuelve a reposar en indicadores parecidos a los que se mostraban a finales de 2019 y principios del presente año.
El aluminio, como bien sabe todo el mundo, es uno de los metales clave en el paso hacia la economía circular, el reciclaje y la sostenibilidad que el planeta necesita conforme al uso y explotación de las materias primas. Por ello, la cotización del aluminio es decisiva también en la tasación de la chatarra de este metal en los distintos centros autorizados de gestión de residuos. Habrá que seguir de cerca en las próximas fechas la evolución de su precio. No obstante, se trata de los datos más positivos de lo que llevamos de año.