A pesar de que algunos países como Hawái han prohibido el uso de filtros solares como la oxibenzona o el octinoxato, debido a los daños que generan en el ecosistema marino, todavía se siguen encontrando niveles altos en costas marinas.
Numerosos estudios confirman la presencia de filtros químicos en aguas recreativas en el mediterráneo sobre todo durante el verano y la zona más cercana a la costa.
Las investigaciones realizadas durante los últimos años indican que estos compuestos tienen la capacidad de actuar en el sistema endocrino (fabricación hormonal) en seres vivos llegando incluso a inducir el blanqueamiento de los corales.
Además, son compuestos que también se lavan en agua dulce al bañarse y ducharse por lo que es esencial prestar atención al etiquetado y optar por filtros más respetuosos.
Proteger la piel del sol
Ya sea sentado junto a la piscina, recostado junto a la playa, caminando en un día nublado o haciendo snowboard en temperaturas bajo cero, es imprescindible aplicar protector solar primero para garantizar la salud de la piel.
Proteger la piel es vital para evitar el desarrollo de cáncer de piel, así como el envejecimiento prematuro.
Esto se debe porque según los datos publicados por la Academia Estadounidense de Dermatología, incluso los días menos soleados, alrededor del 80% de los rayos UV del sol pueden penetrar en la piel.
Para poder frenar el daño y deterioro, es imprescindible el uso de protectores o cremas solares. Actualmente, a pesar de contar con infinidad de productos en el mercado todos ellos se distinguen por el filtro que utilizan para proteger al organismo.
En este aspecto se pueden diferenciar entre los filtros químicos, aquellos como la oxibenzona o octinoxato que se ha demostrado que pueden actuar en el sistema hormonal y causar daños marinos; o filtros minerales o físico (utilizados en la cosmética natural y avalados por las certificadoras), elaborados con óxido de zinc y dióxido de titanio que son seguros incluso para las pieles más delicadas.
Ambos tienen el propósito común de proteger al organismo de los rayos UV, pero funcionan de manera muy diferente.
Filtros Minerales vs. Filtros Químicos
La diferencia entre estos dos tipos de protector solar se reduce a los ingredientes y la forma en que protegen contra los dañinos rayos UV.
Mientras que los filtros solares minerales protegen al instante y utilizan ingredientes como el óxido de zinc y el dióxido de titanio que se posan en la superficie de la piel y actúan como una barrera física contra los rayos del sol, un filtro solar químico se absorbe en la piel y penetra en un nivel más profundo.
Los filtros minerales actúan como si se tratase de un espejo reflejando los rayos UV del sol, mientras que los filtros químicos los absorben y los transforman para prevenir el daño celular.
Entre los filtros químicos más comunes se encuentran la oxibenzona, avobenzona, octisalato, octocrileno, homosalato y/u octinoxato siendo prohibidos algunos de ellos en diversos países por los daños que generan en el ecosistema marino como Hawái.
En lugar de asentarse en la superficie de la piel, estos ingredientes penetran en la epidermis donde absorben los rayos UV del sol para transformarlos en calor y expulsarlos.
Durante los últimos años, la eficacia de los filtros químicos no solo se ha puesto en entredicho por su seguridad, también por los daños que pueden generar al realizar esta acción a través de la piel.
Daños en el ecosistema de los filtros químicos
Los arrecifes de coral se enfrentan a muchas amenazas graves de la actividad humana. Los protectores solares pueden causar daños a los arrecifes y algunas localidades ya han eliminado componentes comunes como la oxibenzona.
Varios estudios han demostrado que la oxibenzona modifica las células de las anémonas y los corales favoreciendo el blanqueamiento y debilitándolos muy peligrosamente.
Sin embargo, no es un problema que solo afecta a los arrecifes de coral. En un estudio realizado en el mediterráneo se analizaron los niveles de filtros químicos que contaba la hierba marina Psodonia oceanica originaria de la zona.
Descubrieron que los rizomas de la P. oceanica acumulaban internamente filtros de protección solar químicos y parabenos (rizomas que contaban entre 10 y 22 años).
En todos los segmentos de rizoma analizados, se encontraron concentraciones más altas particularmente de las aguas de la capital de Mallorca (Palma).
Además, en base a la edad más antigua del segmento analizado, concluyeron que estos compuestos se acumulan internamente desde hace 2 décadas.
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