Uno de los campos más complejos en el mundo es el de las relaciones humanas y, en especial, el de las relaciones sexoafectivas.
Los seres humanos somos entes complejos, labrados de una vertiginosa interacción permanente entre genética y experiencia de vida. Traumas, experiencias maravillosas, anhelos, frustraciones, éxitos, fracasos, miedos, tabúes y mil cosas más han cincelado nuestro ser.
A veces nos cuesta vivir con nosotros mismos, imagina lo complejo que puede ser interactuar con otros a nivel profundo, particularmente, cuando se trata de afectos y atracción sexual.
En nuestro diario existir nos vemos emocional y físicamente atraídos por otras personas, del sexo contrario o del mismo sexo, con una amplia diversidad de orientaciones sexuales y visiones de género.
Es en este contexto en que se tejen las relaciones sexoafectivas, es decir, aquellas que se establecen entre dos o más personas, involucrando sentimientos de amor y deseo sexual, con independencia de identidad de género o de orientación sexual.
Es decir, no hablamos del sexo sin compromiso o del afecto en general, nos referimos a relaciones donde se combinan ambos aspecto: sexo y afecto. Entendido este último como motivación positiva y emocionalmente excitante hacia alguien.
Ahora bien, lo cierto es que no hay un único tipo de relación sexoafectiva, jamás ha sido así y mucho menos en la sociedad abierta actual.
Eso sí, no pierdas de vista el hecho de que, en la maraña de factores que inciden en el universo de las relaciones humanas, se cruzan relaciones sanas y relaciones enfermas, siendo a veces difícil trazar el límite. Los afectos y el sexo pueden ser fuente tanto de placer como de dolor.
Veamos, entonces, qué tipos de relaciones sexoafectivas existen, para que puedas evaluar con cuál o cuáles de ellas te sientes identificado.
La relación monógama
Es la relación sexoafectiva que se establece entre únicamente dos personas, con dominio de la exclusividad mutua en el sexo y en la intimidad afectiva.
Es la relación formalmente dominante en la sociedad occidental y en muchas otras partes del mundo.
En estricto sentido, más allá de lo ideal, se trata de un tipo de relación que se ha expresado en la práctica social de múltiples formas.
Claro está, no hay razones para negar la existencia de una monogamia perfecta en muchos casos. Sin embargo, es igualmente cierta la existencia de infinidad de casos de monogamia imperfecta.
Entre otras cosas, porque la complejidad de las relaciones humanas, por demás no estáticas, hacen que las parejas monógamas pasen por distintas fases.
Lo cual da origen a distintos fenómenos asociados, como la infidelidad o la monogamia realista. Es decir, una o ambas partes de la pareja se ven circunstancialmente atraídas, afectiva y sexualmente por otra persona.
Tal como lo señala Tastefulspace, la monogamia de la infidelidad, aunque oculta, es más común de lo pensado.
Si es algo pasajero, se retoma el equilibrio monógamo de la relación o, incluso, se establece otra relación monógama, previa ruptura de la primera.
De aquí un subtipo de relación monógama, que algunos llaman monogamia en serie, es decir, una persona que llega a tener varias relaciones, pero secuenciales en el tiempo y siempre manteniendo una sola pareja.
Relaciones polígamas
En este caso, se trata de relaciones sexoafectivas que mantienen varias personas en un mismo período de tiempo.
De hecho, se considera el tipo de relación sexoafectiva que imperó en la especie humana en sus inicios. Siendo que perdura hoy en muchas culturas, por ejemplo, aquellas de religión musulmana o los mormones.
Aunque lo más común es la relación que se establece entre un hombre y varias mujeres, llamada poliginia, también existe la poliandria, donde una mujer tiene relación sexoafectiva con varios hombres.
Este último tipo se da aún en algunas regiones del mundo, como en las provincias chinas de Sichuan y Yunnan, con la etnia mosuo, en los awás del nordeste de Brasil o en algunos grupos inuit del Ártico.
Relaciones abiertas
Se trata de una relación sexoafectiva que, en principio, tiene como base una pareja, pero, no es monógama y se fundamenta en un acuerdo mutuo de libertad afectiva y sexual.
Es decir, no se trata de una pareja monógama en problemas. En este caso, pese a mantener una buena relación, ambas partes concuerdan en dar libertad a la posibilidad de encuentros afectivos con otras personas, incluso sexuales, eso sí, esporádicos. No relaciones duraderas.
Sin duda, este tipo de relación implica excluir el problema de la posesividad y los celos, cuestión no siempre fácil. Por otro lado, no puede ser unilateral, es decir, abierta para mí, pero, cerrada para ti.
Por otra parte, hay diversas situaciones relacionadas con este tipo de relación sexoafectiva. Por ejemplo, lo que algunos llaman Relaciones abiertas con ojos cerrados, en la que, de hecho, funciona una relación abierta, pero, es tácita, la pareja no habla al respecto, ni ha sido producto de un consenso razonado.
Swingers
Podríamos decir que es un tipo especial de relación sexoafectiva abierta, ya que, de base hay una relación de pareja estable, con consentimiento a relaciones con otras personas.
La peculiaridad está en que los swingers practican el intercambio de parejas. Es decir, las relaciones fuera de la pareja se establecen de forma planificada con otra pareja.
En este caso, cada integrante de una pareja mantendrá relaciones sexuales con uno de los miembros de la otra pareja.
El Triángulo amoroso
El famoso triángulo amoroso, se puede interpretar como una deformación de la relación abierta, donde, únicamente, uno de los miembros de la pareja mantiene otra línea de relación sexoafectiva.
Por otro lado, se trata de una relación, normalmente, no esporádica, y que se mantiene escondida de la pareja formal. Sin duda, en este caso se trata de una relación de infidelidad y denota un serio problema en la relación sexoafectiva.
Poliamor
Este es un término contemporáneo que ha tomado un gran auge y se refiere a una relación sexoafectiva mantenida entre 3 o más personas con el consentimiento de todos los involucrados.
Podría confundirse con una relación abierta, sin embargo, la profunda diferencia está en que en el poliamor hay una relación estable del grupo, no de una pareja.
Sin duda, tiene puntos de contacto con la poligamia, pero, se sale de los esquemas clásicos de la misma. Entre otras cosas porque implica una gama más amplia de posibilidades en la conformación de género y orientación sexual respecto a los cánones clásicos.
Por otra parte, existen distintos tipos de relaciones poliamorosas, siendo las dos principales, el poliamor jerárquico y el no jerárquico.
En el caso del jerárquico, existe una relación principal y otras secundarias, mientras que en el no jerárquico toda la red de relaciones en el grupo tiene igual nivel.