En el mar Mediterráneo o, en concreto, en la Costa Azul saben muy bien qué es la buena vida a la francesa. La tercera ciudad del país, tan solo por detrás de París y Lyon, con una población de unos 900.000 habitantes esta vez estamos hablando de Marsella.
Marsella tiene entre otras muchas cosas, el puerto más importante de Francia y, por qué no decirlo, del Mediterráneo. La historia de esta ciudad de Marsella se remonta hasta tiempos de antes de Cristo, por lo tanto hablamos de una ciudad con mucha historia, aunque tal vez no sea la más conocida.
Pero lo que sí es conocido por todos es su clima mediterráneo, con suaves invierno y veranos calurosos, como no podía ser de otra manera en estas latitudes de Europa. Además, aquí confluyen vientos que provienen de los mismos Alpes, pero también en otras épocas del año del desierto del Sahara.
Por lo tanto es una cosa curiosa para sentir, para ver y experimentar, en especial si estás aquí durante todo el año. Un lugar donde no sólo hay playa, sino también muchos museos y lugares de interés, como por ejemplo basílicas.
La Basílica de Notre Dame o la Basílica de Santa María la Mayor están aquí, donde predomina la fe católica. Pero no sólo podemos ver iglesias: Palacios, museos como hemos dicho o el mismo Ayuntamiento forman el conglomerado turístico de esta ciudad.
Si queremos dar un pequeño paseo en barco debemos ir al castillo de If, edificación que se puso sobre una pequeña isla a la que cada día va un barco. Cada uno de los barrios de este lugar tiene su propio encanto, por eso es un lugar muy interesante para pasear también, debido al clima que nos acompaña durante nuestros viajes por Europa por el Mediterráneo.
Junto a la ciudad de Košice fue en el año 2013 Capital Europea de la Cultura: un tratamiento honorífico que ha conseguido la ciudad, y que sin duda trajo muchos nuevos viajeros aquí.