Las impresoras 3D han revolucionado nuestro día a día gracias a la gran cantidad de aplicaciones para las que se les puede dar uso. Tanto a nivel profesional como a nivel usuario, estos dispositivos ofrecen la posibilidad de diseñar todo tipo de piezas para solucionar necesidades específicas y del día a día.
Si estás pensando en comprarte una impresora 3D, te reseñamos varias recomendaciones para que consigas sacar el máximo partido a su funcionamiento y disponer de una herramienta con posibilidades infinitas.
Monta y experimenta con tu impresora
Imprimir en 3D requiere de un proceso de aprendizaje constante para dominar las diferentes configuraciones y el software del equipo. Es recomendable que te encargues tú mismo del montaje de la impresora paso a paso para ir aprendiendo como funciona y familiarizándote con su uso.
A partir de ahí podrás comenzar a jugar con la multitud de opciones de que dispone para adaptarlas a tus proyectos, consiguiendo cada vez más afinar el proceso y el acabado final de tus impresiones.
Mejora los componentes y recambios del equipo
A medida que vayas descubriendo más de la impresión en 3D, es posible que necesites aumentar la precisión y polivalencia del equipo con el fin de obtener mejores resultados. Para ello existen muchos repuestos de impresoras 3D como boquillas extrusoras, tubos de garganta, rodamientos, cartuchos cerámicos, ruedas dentadas o bloques calefactores de aluminio, entre otros, que permiten aumentar el rendimiento y la fiabilidad de la impresora.
El PLA es el material de impresión 3D por excelencia
Los consumibles a utilizar para realizar tus impresiones son otro de los temas a tener en cuenta para el funcionamiento del dispositivo. El filamento PLA es el más utilizado a la hora de imprimir en 3D, aunque existen otros materiales como el filamento ABS, madera, polipropileno, PVA y así con una lista que crece cada día gracias a la evolución constante de la impresión en 3 dimensiones.
El filamento PLA suele estar en torno a los 20€ por rollo de 1 kilo, coste que se convierte prácticamente en el único gasto una vez que la impresora está totalmente operativa.