Puede que el himno nacional del país «Nad Tatrou sa blýska» («Hay un relámpago sobre los Tatras»), no sea lo que más nos empuje a visitar esta pequeña república de Centroeuropa.
Pero lo cierto es que en este lugar, un país de apenas cinco millones de habitantes, se esconden montañas, lagos y castillos, así como carreteras que cruzan bosques y túneles que nos descubren misteriosos pueblos y aldeas, y un gran cúmulo de cosas interesantes que visitar.
La República con capital en Bratislava, es decir Eslovaquia, tiene numerosos espacios verdes y lugares destacados por la UNESCO por su belleza artística, natural o por su cultura. Pequeñas ciudades para las que, si las comparáramos con otras localidades de Europa, serían simplemente pequeños pueblos, tal vez sea justo por eso por lo que merece la pena coger el coche y salir a visitar nuevos lugares..
Porque lo que no podrás ver en otros lugares aquí sí podrás admirarlo. Y no nos referimos solo a sus ciudades: Bratislava, Košice, Levoča o Spišská Nová Ves... Eslovaquia es un país en el que todavía existen los valores tradicionales de antaño, donde la gente trabaja duro, donde se pueblan las aldeas de Iglesias y de pequeños monumentos.
Un país en Europa el que te puedes mover perfectamente en tren, o en el que puedes el coche y serpentear por sus carreteras hasta llegar a los Tatra: las montañas que son el orgullo nacional del país. Un país de música y de folcklore, de veranos calurosos pero de paisajes nevados en invierno.
Tal vez el mejor lugar para disfrutar de la naturaleza a la sombra de un árbol en verano, o simplemente caminar a la luz de sus montañas nevadas.
