En la actualidad, la tecnología está suponiendo un cambio radical y novedoso en los sistemas implantados en los vehículos. Se han desarrollado todo tipo de software que facilitan la conducción al conductor o incluso, sistemas que ayudan a las empresas transportistas a mejorar la gestion de flotas. A pesar de todas las ventajas que aportan los avances tecnológicos, los conductores se muestran un poco reacios a cambiar de coche por el desconocimiento de los sistemas tecnológicos que poseen los nuevos vehículos. Tanto es así, que 3 de 4 conductores desconocen qué tipo de sistemas tienen implantados sus vehículos y qué funciones desempeñan, lo cual supone un cierto riesgo para el conductor.
Los expertos consideran que una carga masiva de dispositivos electrónicos a vista del conductor puede generar estrés tecnológico. Lo ideal sería mostrar al conductor la información de una manera sencilla y simple, sin cargarlo con demasiados datos. En medios de transporte grandes como los aviones o barcos, se intenta de simplificar la información mostrada a los pilotos. María Seguí afirmó que el exceso de tecnología para una mayor seguridad puede provocar un mayor riesgo en la conducción.
Las grandes compañías automovilísticas buscan mediante la tecnología alcanzar el “coche autónomo”, el cual se caracteriza por realizar todas las funciones del conductor. Los expertos lo ven como algo casi imposible, debido a todos los problemas que a priori presenta, como por ejemplo, el control y mantenimiento de las cámaras, sensores y láseres que se implanten en el vehículo para su correcto funcionamiento, los seguros o carnet que serán necesarios para ponerlos en circulación, o incluso, la adecuación de las carreteras a estos nuevos dispositivos, lo que supondrán un gran coste para la sociedad. A día de hoy existen coches con numerosos dispositivos electrónicos que favorecen y ayudan a la conducción, como por ejemplo, aparcamiento automático, control de taller, vinculación con otros sistemas de seguridad externos, entre otros.
Miembros de la Confederación Nacional de Autoescuelas prevén cierto riesgo al no diferenciar entre lo que la tecnología y el conductor hacen en el proceso de conducción, es decir, el conductor puede cometer ciertos errores que son corregidos automáticamente por la tecnología sin que este se dé cuenta. Lo fundamental es dar una formación adecuada a los sistemas tecnológicos actuales, para que el conductor pueda controlar y saber perfectamente que tipo de dispositivos posee su vehículo y que funciones desempeñan.
