Las cortinas de cristal se hacen un hueco entre comercios y particulares

Las cortinas de cristal se hacen un hueco entre comercios y particulares

Las cortinas de cristal se hacen un hueco entre comercios y particulares

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¿Quién no disfruta de una buena terraza en los meses de verano? Tanto particulares como locales comerciales explotan sus espacios abiertos (balcones, terrazas, jardines) en los meses calurosos, para disfrutar del sol, la brisa y el buen tiempo.

La otra cara de la moneda son los meses fríos. Las bajas temperaturas, el viento o las lluvias se encargan de inutilizar esos espacios durante más de la mitad del año, con el consiguiente perjuicio: los particulares no pueden utilizar metros cuadrados que son suyos, y los locales no pueden explotar comercialmente su exterior. 

Quien quisiera hacerlo, no le quedaba otra que un cerramiento tradicional, que tiene sus contrapartidas: los feos perfiles de cristal que estropean la visión, o el hecho de que el espacio queda finalmente cerrado, perdiendo encanto en verano. 

Al menos era así hasta hace unos años, cuando aparecieron las cortinas de cristal y empresas como Vidriosystem empezaron a fabricarlas y comercializarlas en España. Hoy, no sólo dominan en ciudades costeras como Valencia, Alicante o Almería, sino que se han hecho un hueco en toda nuestra geografía, incluyendo Madrid y toda la zona centro peninsular, transformando los espacios abiertos de casas y comercios.

 

Pero, ¿qué hace tan atractivas las cortinas de cristal?

 

La diferencia principal entre un cerramiento tradicional y las cortinas de cristal está en que estas últimas no necesitan perfiles ni marcos de aluminio. Se trata de láminas de cristal de seguridad grueso que no se sujetan por los lados, sino por arriba y por abajo mediante un sistema de rodamientos. Los cristales se unen entre ellos con unas juntas muy discretas, dando como resultado un cerramiento en el que la visión no se interrumpe, ni tienes la sensación de estar aprisionado. 

Este cristal es aislante del ruido, de la humedad y de la temperatura externa, lo que supone ahorro en calefacción y aire acondicionado, pudiendo así aprovechar el espacio aunque más allá del vidrio esté cayendo el Diluvio Universal. 

Pero además, son funcionales y tremendamente prácticas. Pueden abrirse individualmente o en grupo: en este último caso, quedan todas recogidas a un lado, como un acordeón, ocupando poquísimo espacio y dejando el paso despejado de obstáculos, como si no hubiera nada instalado.

El resultado es que cerrando el sistema de cortinas de cristal puedes aprovechar el espacio cuando llueve o hace frío, pero cuando hace buen tiempo puedes abrirlas por completo y tener tu espacio abierto como el primer día.

No hace falta explicar el éxito que ha tenido este sistema entre particulares, y aún más entre locales, que ahora pueden explotar comercialmente sus espacios abiertos todo el año.

El hecho de que puedan instalarse sobre cualquier superficie (independientemente de si el trazado es recto, anguloso o curvado) y que el metro cuadrado de vidrio de seguridad tenga un precio muy competitivo, ha provocado que cada vez más personas decidan cerrar sus terrazas con este sistema (encontrarán muchos ejemplos aquí: https://www.cortinasdecristal-madrid.es/

Así que no se extrañen si, ahora advertidos, empiezan a verlas por todas partes en su ciudad. Ni si, dentro de poco, los cerramientos con marcos de aluminio desaparecen de nuestras vidas para siempre. Puro cristal: eso es lo que se lleva ahora.

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