Según el informe, "no tienen ni una gota para beber, para asearse ni para limpiar las celdas".
Los reclusos de la prisión de Quivicán, en la provincia Mayabeque, llevan cinco días sin agua, ni siquiera para tomar, denunció el activista Alberto Fonseca en su perfil de Facebook este martes.
Según el informe, "no tienen ni una gota para beber, para asearse ni para limpiar las celdas".
Ante esta situación crítica con un servicio de primera necesidad, las autoridades penitenciarias no ofrecen soluciones.
"Como si no bastara el hambre que ya padecen, la falta total de medicinas y la ausencia de atención médica, ahora se suma la imposibilidad de bañarse o hidratarse. La prisión está sobrepoblada, con entre 15 y 20 presos más por destacamento de lo permitido. Esto ha provocado un aumento de enfermedades, brotes de violencia y un clima de tensión permanente entre los internos", concluyó el hermano del preso político Roberto Pérez Fonseca, recluido en dicho penal.
La madre del preso político, Liset Fonseca confirmó a ADN Cuba que en dicha cárcel no hay agua y el hacinamiento se ha normalizado. "Hay más personas por destacamento que las permitidas".
Esta problemática de falta de agua no es aislada y ocurre con frecuencia en las prisiones del país.
En marzo anterior, la activista Anamelys Ramos denunció que en la prisión de máxima seguridad de Guanajay, en la provincia de Artemisa, "hay destacamentos de presos a los que les han quitado las cubetas donde almacenaban el agua".
Ramos precisó ese mes que son "38 hombres sin poder guardar agua para sus más elementales necesidades".
También el año anterior se reportó la rotura de la turbina que suministra agua a la prisión Kilo 9, en Camagüey. ADNCuba/ADNAmerica
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