En la última década, la compra de casas portátiles se ha incrementado. Por si todavía no estás familiarizado con el tema, una casa portátil es una vivienda que se ha construido en una fábrica siguiendo un proceso industrial.
Pero además de esta singular característica, hay otra más importante, y es la capacidad de ser transportada a cualquier sitio.
Las casas portátiles cuentan con un sistema de arrastre, ruedas y un chasis realizado en acero que les permite poder ser movidas y transportadas de una ubicación a otra.
De hecho, este tipo de viviendas son catalogadas como bienes muebles, porque no requieren de una cimentación o anclaje al suelo para ser instaladas y disfrutadas.
Diseños personalizables
Generalmente, una casa que se ha realizado en fábrica siguiendo un proceso industrial, cuenta con unas características concretas comunes a todas las casas realizadas en serie.
Esto permite obtener una vivienda a un precio bastante inferior al que cuesta una casa de construcción tradicional debido a que al producirse en cadena el tiempo se minimiza, los errores de fabricación también, y se pueden realizar un gran número en poco tiempo.
Sin embargo, esto no quiere decir que no exista la posibilidad de personalizar la vivienda al gusto del comprador, como modificar el número de habitaciones o estancias, elegir ciertos acabados, decoración, etc.
Lo que sí que se aconseja es que este tipo de casas no contengan más de una altura para no dificultar el traslado de la vivienda de un lugar a otro.
Unas de las principales ventajas es que una vez terminado el proceso de fabricación, el tiempo estimado de montaje es de tan solo un día y el cliente la recibe lista para ser disfrutada y entrar a vivir en ella directamente.