Jungle Speed ¡Horas de diversión!

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Sociedad

Es como un cuento: dos amigos inventan un juego, juegan a él, hacen jugar a sus amigos, gusta a todo el mundo. Buscan editor y no lo encuentran. Se olvidan del juego y hacen otro montón de cosas. Unos años después, vuelven a sacarlo del cajón. Puñetas, el juego era bueno... y deciden editarlo ellos mismos. Hacen doscientos prácticamente a mano y los venden, uno a uno, de amigo en amigo, de bar en bar. Se animan y hacen mil más. Hacen pequeñas promociones en grupos de jugadores, en tiendas, en bares. Con sólo veinte puntos de venta, también los agotan. Finalmente, encuentran un editor que fabrique y distribuya el juego en serie y seriamente. Resultado: el juego de mesa JUNGLE SPEED es uno de los grandes éxitos de ventas de juegos de mesa divertidos en los últimos años en Francia. No sólo eso, sino que se ha convertido en un auténtico fenómeno social: habla de él la prensa y todo el mundo juega a él. Su fama ha llegado hasta la Ciudad de las Ciencias y de la Industria en la Villette de París, donde el juego fue incluido en el año 2003 en «Jeux sur je», una exposición sobre juegos y jugadores que mostraba, jugando, las capacidades (creación, innovación, estrategia, gestión de crisis y cooperación) que los juegos despiertan y favorecen en las personas.



¿De qué trata el juego?



¿Qué es esta maravilla? JUNGLE SPEED es sencillamente un juego en el que lo único que cuenta es la rapidez de reflejos. Se compone de ochenta cartas y un tótem de madera, todo ello en una bolsa de tela. Las cartas, cuadradas, tienen ilustraciones muy extrañas de diferentes colores bastante vivos. Extrañas, pero muy similares, diabólicamente similares entre sí, por grupos de ocho e, incluso, de dieciséis cartas. También hay ocho cartas especiales, pero más vale que las dejemos para el final. El tótem tiene una medida que permite cogerlo con la mano. Las reglas, bastante claras, están repletas de curiosas notas de humor. &reparten las cartas, todas, entre todos los jugadores, el mismo a cada uno. Cada jugador coloca sus cartas delante, boca abajo. El totem se pone en medio de la mesa, a la misma distancia de todos los jugadores. Se juega muy rápido. Por turno, cada jugador gira una carta y la deja boca arriba delante de su pila, haciendo una nueva pila de cartas. I.a carta debe girarse sin mirarla, de manera que la vean los otro jugadores antes que ell. Cuando están a la vista dos cartas idénticas (absolutamente idénticas, no casi idénticas o prácticamente identicas), sean del color que sean, los jugadores con las cartas iguales a la vista deben coger el tótem, con la misma mano con la que giran las cartas. Para evitar tentaciones, es preferible jugar con una mano a la espalda. El jugador que no coge el totem recoge las cartas giradas del feliz poseedor del tótem y las suyas, y las pone todas bajo su pila de cartas boca abajo. No es necesario decir que gana la partida el primero que se queda sin cartas.



Cuando un jugador coge el tótem y no le tocaba hacerlo queda con las cartas giradas de todos los jugadores. Hay que correr, ¡pero yendo poco a poco! Con esto ya habría bastante para asegurar la diversión y una buena panzada de reír a todos los jugadores: tanto se parecen las cartas, tanto se equivoca todo el mundo. Pero además hay cartas especiales, exactamente ocho, de tres tipos diferentes. Sí, sí, lo habéis adivinado, las ocho cartas especiales también se parecen mucho entre si.



Las cartas especiales cambian las reglas: cuando sale una de las cartas especiales, todos los jugadores van girando cartas al mismo tiempo. Con otra carta especial se abre una carrera infernal para coger el tótem: quien lo consiga podrá dejar sus cartas giradas en medio de la mesa para que se las quede el próximo en equivocarse. La tercera de las cartas especiales hace que se tengan en cuenta los colores y no las formas de las cartas. ¡Con lo que habla costado intentar memorizar las formas y obviar los colores! ¡Buena jugada, 'I'om y Yako! Ahora es vuestro turno, comentar a divertirse con este fantástico juego de mesa.

Oriol ComasJungle Speed ¡Horas de diversión!
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