Juan Ramón Jiménez, nacido el 23 de diciembre de 1881 en Moguer, Huelva, es una de las figuras más destacadas de la poesía española del siglo XX. Su obra, caracterizada por una constante búsqueda de la belleza y la pureza lírica, le valió el Premio Nobel de Literatura en 1956.
Desde joven, mostró inclinación por las artes, especialmente la pintura y la poesía. Estudió en el colegio jesuita San Luis Gonzaga en El Puerto de Santa María y posteriormente inició la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla, aunque la abandonó para dedicarse por completo a la literatura. Influenciado por Rubén Darío y los simbolistas franceses, publicó sus primeros libros, Ninfeas y Almas de violeta, en 1900.
La muerte de su padre y la ruina familiar en 1900 le afectaron profundamente, llevándolo a sufrir crisis depresivas que requirieron internamientos en sanatorios de Burdeos y Madrid. Durante su estancia en Moguer entre 1905 y 1912, escribió obras como Elejías puras, La soledad sonora y Poemas mágicos y dolientes.
En 1916, se casó con Zenobia Camprubí, con quien colaboró en la traducción de obras de Rabindranath Tagore. Ese mismo año, viajó a Estados Unidos, experiencia que inspiró su obra Diario de un poeta recién casado (1917).
Durante la Guerra Civil Española, se exilió en Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico. En este último país, recibió la noticia de la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1956. Falleció en San Juan, Puerto Rico, el 29 de mayo de 1958.
Su legado perdura en obras como Platero y yo (1914), una prosa poética que retrata la vida en Moguer a través de la figura de un burro, y en su constante búsqueda de la "poesía pura", que influyó en generaciones posteriores de poetas.
